viernes, 5 de octubre de 2012

Cambio.

 Ya no te sonríe, no te saluda, no te abraza y a penes te habla. Sola han hecho falta una para de horas para el gran cambio, un cambio que te confunde, no sabes si quiera a que es debido, no se te ocurre nada que hayas hecho que haya podido originarlo. Le miras, te estaba mirando. Le saludas con la mano y con una ancha sonrisa en un intento vano de que en realidad todo sean paranoias tuyas y él siga igual que antes. Retira la mirada. Esto era lo único que te faltaba para comprobar que es verdad, que te ignora y que no quiere ni saludarte. Lo que más te confunde es que hay momento en que parece que todo sigue siendo lo mismo. Sientes como si algo dentro de ti estuviera muriendo, que le estuvieran matando lentamente, maltratándole, torturándole. Cierras los ojos y rezas para que todo vuelva a ser como siempre.

jueves, 4 de octubre de 2012

Tal cual.

Vas hacia las taquillas con un montón de libros.
 -Los libros son casi mas grandes que tú-te dice su voz detrás suya. Miras por encima del hombro y ves que el también va cargado de libros.
 -Pues no te dejo pasar-le dices de broma taponando el paso. Ves como deja los libros en el suelo para tratar de moverte pero tu te ríes y haces más fuerza. Entonces te abraza por detrás.
 -Sabes que puedo contigo-te dice juguetona mente en tu oído mientras apoya su cabeza en tu hombro. Sonríes como una tonta y os quedáis ahí hasta que un amigo llega y se os queda mirando. Tú te apartas rápidamente y te diriges a tu taquilla. Dejas los libros en una mesa cercana para así poder abrirla, cuando vas a por ellos él te cierra la taquilla.
 -¿Qué haces?-le dices un poco molesta, más que nada porque sueles tardar un montón de tiempo en abrirla.
-Ah, es mi pequeña venganza-te dice con una sonrisa radiante de oreja a oreja. Suspiras y te acercas a la taquilla-. Trae, yo te sujeto mientras los libros.
 Le das los libros y te dispones a abrir la taquilla, tu cara de concentración debe de ser muy cómica por el se ríe sonoramente. Cuando acabas de abrirla él mete tus libros con cuidado.Le sonríes y os vais a sentar en vuestros asientos mientras charláis. El se siente en la otra punta de la clase a si que cuando el profesor llega se va de tu sitio y vuelve al suyo.
 En mitad de la clase le lanzas alguna mirada furtiva, se le ve muy concentrado intentando echar una cabezadita. En una de estas miradas ve que el te está mirando. Intentas apartar tu mirada pero ya es demasiado tarde, te a visto, bueno, tu también le has pillado a él. Os quedáis un tiempo mirándoos hasta que al final sonríe, con esa sonrisa suya que tanto te gusta.