miércoles, 26 de octubre de 2016

La mariposa le suplicó al sol

Y la mariposa le suplicó al Sol que no dejase de iluminar el cielo.
Pedió poder volar por el horizonte azul, que el clima no se volviese lo suficientemente frío como para impedir su vuelo. Le pidió al sol que le diese calor cuando sintiese que el corazón se le helaba al ver las desgracias que se desarrollaban ahí abajo, bajo sus pequeñas e imponentes alas. Le pedió al sol más risas y menos llantos. Le pedió que iluminase las vallas blancas de los jardines y que hiciese desaparecer en la oscuridad las rejas de espino que separaban personas. Le pidió mas niños corriendo mientras jugaban y menos huyendo de los curiosos artefactos que por arte de magia hacian desaparecer casas, vidas... Pidió que iluminase el cielo de aquellos que se sentaban en grandes despachos a decidir el futuro del resto, pidió que les iluminase el caminó hacia un futuro de paz. La pequeña mariposa volaba y volaba, y en cada desgracia que veía se paraba, contemplando sin entender como esos seres tan curiosos se destruían entre ellos. Miró como destruían sus casas y las de otros seres que se veían obligados a dejar su hábitat ante la invasión de los que caminan sobre dos piernas. La pequeña mariposa no comprendía que hacían esos seres extraños. La diminuta mariposa pensaba que si ellos fueran capaces de volar a su lado, surcando el cielo bajo el cual se desarrollaba el caos, se darían cuenta del desastre. Le pedió al sol que les enseñase a volar como le había enseñado a ella. Le pedió al sol que ayudase a esos pequeños e insignificantes seres a ser felices, a alcanzar la paz. 

lunes, 24 de octubre de 2016

Demasiado difícil para ser fácil

Que fácil sería volar, dejarse llevar por el viento, por la brisa que lleva canciones de pena y de alegría.
Que fácil sería elevarse del suelo, dejar este mundo, alejarse de los problemas, del dolor, del sufrimiento.
Que fácil sería cerrar los ojos por última vez y sumergirte en la oscuridad de la noche.
Que fácil sería parar el tiempo,pulsar el  botón de pausa en tu vida sin tener que continuar vivindo esa desastrosa película que da a luz a la angustia en tu pecho.
Que fácil sería volar de este mundo, volar para no volver nunca jamás.
Escaparnos de noche al país sin retorno, al país en el que todos deciden quedarse, que fácil sería.
¿Pero sería capaz de dejar todo atrás?
¿Sería capaz de dejar a todas las personas que me atan a este mundo sin sentido? No, no sería capaz.
No sería capaz de abandonar a todas las personas que me quieren, sufriendo, llorando ante mi partida preguntándose  que día decidí comprar este billete solo de ida. No sería capaz de tatuarles la duda de que hicieron mal, de que no hicieron bien. No sería capaz de hacer sufrir a alguien a quien quiero.
Y es que sino sería tan fácil.
Sería tan fácil si esos hilos no te atasen a la vida, si el amor por un padre o un madre no sirviese de ancla entre tú y tu existencia, sería tan fácil.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Perdida

Te sientes perdida, sola, tras una máscara que se pega a tu piel con tal fuerza que te es imposible arrancarla. Sientes que no eres tú, que ese antifaz va consumiendo parte de tu esencia sin que puedas hacer nada para pararlo. Toma el control de la situación. Te aleja de la consciencia llevando a tu ser hacia un estado no natural. Tu no eres así. Sin embargo esa máscara se ha convertido en parte de tu esencia, se ha convertido en parte de ti, en una parte que no puedes borrar ni hacer desaparecer. Quieres arrancártela y a la vez quiere mantenerla, hace que tu yo sea distinto, no de una forma mala ni de una forma buena, simplemente distinto. Pero necesitas arrancártelo. Quizás has evolucionado, quizás te has convertido en una persona nueva. Pero tu antiguo yo sigue ahí dentro y se siente oprimido bajo esa máscara, esa nueva identidad, que no le deja salir a la luz.
Creaste esa máscara para ser mas fuerte, para sentirte protegida, para esconder tu esencia de cualquiera que pudiese dañarla. Pero ahora es demasiado difícil deshacerse de esa ella, es demasiado difícil exponer tu verdadero yo, lleva tanto tiempo escondido que incluso a ti te cuesta reconocerlo. Se ha encogido en el fondo de tu pecho, se ha hecho aún más cobarde que antes, más miedica. No se atreve a salir, le cuesta demasiado. Se siente cómodamente encerrado bajo la nueva, quizás falsa, identidad. Y cada vez que se atreve a asomarse la negra sombra se cierne sobre él impidiéndole lucir. Quizás le de demasiado miedo lucir, quizás piense que no le va a gustar a nadie y tiene miedo al rechazo. No sabes que será. Solo sabes que sientes que te estás perdiendo a ti misma.