domingo, 8 de junio de 2014

Tictoc

 ''Disfruta de tu juventud, porque nunca más en todo lo que te queda de vida volverás a ser tan joven como lo eres en este momento''


Juventud, preciosa etapa de la vida que solo se vive una vez, en este momento.
Vejez, sabia etapa de la vida que solo se vive una vez, en este momento.
 Es extraño pensar que en este mismo momento, mientras yo escribo estas líneas o tú las lees, estamos viviendo en el punto más alto de nuestra vida. Nunca antes había reído tanto, ni llorado, ni disfrutado. Nunca antes había cometido tantos errores, ni me habían hecho tanto daño.Y este mismo momento, este cénit de mi vida presente mañana será pasado. Nuestra vida, nuestras vivencias, irán aumentado progresivamente sin que podamos hacer nada por pararlas y volver atrás, por volver a una época pasada en la que la vida todavía no nos había cerrado ciertas puertas ni nos había empujado por otras. Por que este momento es mi última vez siendo tan ignorante, tan inocente, tan niña, tan joven; pero también en este mismo momento soy más vieja, más lista, más dura, menos crédula... de lo que jamás he sido.
Por eso hay que disfrutar del momento sin preocuparse de que puede pasar mañana, porque 'hoy'  mañana ya será pasado, mañana ya no seremos los mismos y nunca jamás podremos volver a serlo. Porque nunca antes hemos estado tan arriba, y nunca jamás volveremos a estar tan abajo.


miércoles, 2 de abril de 2014

La metamorfosis del amor.

 Empieza.
 Nuestra pequeña oruga.
 Ese inicio, siempre tan diferente, tan especial. Quizá el inicio sea una antigua amistad o simplemente un intercambio de miradas y sonrisas, pero siempre hay una pequeña oruga que inicia el proceso.
 Si tenemos suerte conseguiremos que nuestra oruga empiece a fabricar un capullo a su al rededor. Fabricar este capullo lleva tiempo, necesita sonrisas, abrazos, miradas a escondidas que vayan dando fuerza a nuestra pequeña oruga.
 Una vez la oruga esté a salvo en el caliente capullo hay que cuidarlo durante un tiempo, hay que ir transformando ese pequeño hormigueo en la palma de las manos, esa sonrisa involuntaria cuando piensas en esa persona, esos sueños en la almohada... Y poco a poco nuestra oruga irá cambiando, poco a poco la realidad estará más cerca, poco a poco.
 Y cuando llegue el momento nuestra pequeña oruga completará su metamorfosis, llegará el momento en el que poco a poco el capullo se irá abriendo para dejar paso a nuestra bella mariposa, una mariposa espectacular que no parará de revolotear en nuestro estómago, una mariposa llena de besos, abrazos, noches en vela el uno junto al otro, caricias, escalofríos que nos recorren tu espalda al compás de las subidas y bajadas de sus dedos por tu columna, respiraciones agitadas, paseos de la mano...
 Nuestra mariposa ahora es libre, vuela con cada nuevo momento de felicidad creado, con cada risa, con cada lágrima...
 Pero nada es eterno, y poco a poco la vida de nuestra mariposa va llegando a su fin, viviendo cada momento con intensidad hasta que éste llegue, pero inevitablemente llegará, por una razón otro nuestra pequeña mariposa se irá debilitando, debilitándose hasta padecer.

domingo, 16 de marzo de 2014

Pertenecemos a la noche.


Risas, luces de colores, baile.
 Música, ritmo.
 Cuerpos que bailan pegados unos con otros.
 Sudor, drogas, alcohol, fiesta.
 Flashes que capturan los pecados de la noche.
Porque la noche pertenece a los pecadores.
 Caricias, besos.
 Un cuerpo desnudo sobre otro.
 Camas desechas, ropa en el suelo.
 Sonrisas de complicidad, abrazos, labios que recorren el cuerpo ajeno de arriba a abajo.
 Piel de gallina, gritos de placer.
 Fantasías hechas realidad, amor saliendo por los poros con cada movimiento.
 Lujuria, placer, amor, sexo.
Porque la noche pertenece a los amantes.
 Lágrimas en la almohada.
 Camas con demasiado espacio vacío.
 Abrazos a uno mismo, espasmo de dolor, llanto silencioso.
 ''¿Por qué?'' como plegaria a la verdad, confusión.
 Parejas separadas por el orgullos, por una distante estupidez.
 Mentiras que se arrastran por las venas rajándolas.
 Dolor, sufrimiento,tristeza.
Porque la noche pertenece a los corazones rotos.
 Sonrisas a una pantalla.
 Dulces esperas, respuestas satisfactorias.
 Amor en forma de palabras, de símbolos.
 El sonido de las teclas en el silencio más absoluto.
 Caras iluminas por un pequeño aparato que intenta mostrar sentimientos.
Porque la noche pertenece a los que se quieren en silencio.

domingo, 2 de marzo de 2014

Tormenta.

Mediodía.
Un cielo oscuro.

Tormenta.

 Los cristales tienen frío.
 Las ramas desnudas tiritan por el culpa del viento.
 Pequeños gotas van tatuando el suelo poco a poco.
 Las nubes negras se reúnen en el cielo eclipsando al sol en su cenit.
 El gris se corona rey del momento y la lluvia le acompaña como un fiel servidor.
 Pequeños ríos en medio de la ciudad.
 Paraguas que forman un manto de flores bajo la lluvia.
 Mochilas, periódicos, capuchas; escudos que no mantienen secos a los despistados del momento.
 Tiendas, bares, cafeterías que ofrecen calor y un suelo seco.
 Risas, pelo mojado, charcos saltados.
 Narices, mejillas y dedos rojos por el frío.
 Abrigos mojados, pantalones salpicados, niños chapoteando.
Tormenta.

sábado, 1 de marzo de 2014

Él quería volver. Ella quería volar


Él quería volver.
 La echaba de menos, echaba de menos su forma de caminar, como caía su pelo castaño sobre su suave espalda, los dos lunares en el lado derecho de su pecho, como se le cerraban los ojos cuando se reía y lo suaves que tenía los labios después de llorar. Echaba de menos sus oscuros ojos llenos de luz, su boca rosa, su clara piel, sus dedos eternamente manchados de tinta, su sonrisa tímida, su sonrisa traviesa, su sonrisa dulce... echaba de menos todas sus sonrisas, todos sus gesto, su manera de fruncir el ceño cuando algo la preocupaba, la forma en la que movía nerviosamente sus dedos cuando estas inquieta  y como echaba su cabeza hacia atrás cuando se reía. Echaba de menos todo de ella, pero sobre todo echaba de menos la chispa que se encendía en sus ojos cuando le miraba, cuando hablaba de algo que la entusiasmaba, y cada uno de sus disparatados sueños.
 Lamentaba todo lo que la había hecho, las mil y una veces que no pudo estar a la altura, las cien veces que la traicionó, una detrás de otra. Lamentaba no haberla sabido valorar, haber sido tan estúpido de no darse cuenta del tesoro que tenía, de haber sido un imbécil que no supo entender lo importante e impresionante que era ella hasta que la perdió, hasta que los ojos de ella se llenaron de la lágrimas por última vez después de tantas traiciones, hasta que ella le dijo que no podía más por primera y única vez. Porque ella siempre había estado ahí, siempre había demostrado que le quería, siempre le había perdonado, y él no supo estar a su altura.
 Ahora el quiere volver, quiere volver a contar los lunares de su espalda mientras ella sonríe en sueños, quiere volver a ver la luz con la que ella ilumina la habitación con solo traspasar la puerta, quiere volver a intentarlo, quiere otra oportunidad, un nueva oportunidad para ser mejor, para darle todo lo que ella merece. Pero ya es tarde.
Ahora ella quiere volar.
 Quiere volar lejos de sus mentiras, quiere salir de la jaula de falsas promesas que él había ido construyendo cada vez que la traicionaba, quiere ser libre. Quiere reír mientras corre, mientras sueña, mientras vuela, simplemente quiere reír. Ni una lágrima más, no más grietas en su corazón, solo risas, alegrías, sueños y sonrisas llenarán cada día de su vida.
 Volar a otro árbol, un árbol lleno de flores en primavera, y frutos en verano, y cuando llegue el otoño volar, volar a otro árbol.
 Quería volar y volar, persiguiendo eternamente a la primavera. Volar libremente, sin ataduras, sin jaulas que la impidan extender sus alas y surcar el cielo azul. Volar con libertad.
 Porque ella ya está cansada de mentiras, de ''lo sientos'' vacíos, de noches de lágrimas en la almohada y mañanas de sonrisas falsas. Está cansada de últimas veces que se repiten, de dar oportunidades que son desaprovechadas, de tropezar una y otra vez con la misma piedra y de levantarse con un rasguño nuevo en el corazón.
Porque aunque él quiere volver ya es demasiado tarde, ahora ella quiere volar.