sábado, 28 de abril de 2012

Una llamada.

Estás rayada. Todo parece que va mal, que no podría ir peor. Te acuestas cansada, con ganas de dormir. Al final acabas durmiéndote. Te despierte el sonido del teléfono.Te desperezas coges el móvil y miras la hora. Es demasiado temprano. Te cubres la cabeza con el edredón, ya se cansará. El sonido para. Suspiras aliviada. Vuelves a cerrar los ojos. Vuelve a sonar el teléfono. Apartes el edredón con enfado y vas de puntillas a por el teléfono. Te apoyas en la encimera y lo coges. Ye puede ser importante.
-¿Diga?- digo con voz cansada-. Si, soy yo.-Una voz agua me habla desde el otro lado del teléfono. No la reconozco-. ¿Cómo?- no me puedo creer lo que la voz me está diciendo-. Sí, espere un momento-rebusco con urgencia un bolígrafo y una hoja-. Ya, diga-apunto la dirección-. Voy para ya´- y cuelgo.
Me pongo un el pantalón del pijama, unas zapatillas y cojo el bolso. Reviso rápidamente que tenga todo.. Salgo a la calle y paró el primer taxi que que veo. Le doy la dirección y le digo que por favor se de prisa. Para en la puerta y le tiro un billete. Salgo corriendo. Entro en urgencias. Le pregunto a una enfermera que me da el número de la habitación. Doy al botón del ascensor como unas doscientas veces y otras doscientas al del piso al que me dirijo. Salgo del ascensor corriendo y llego delante de la habitación. La doctora está dentro. Le veo por la pequeña ventana circular de la puerta. La doctora sale. Y me ve ahí parada. me acercó corriendo a ella.
-¿Qué ha pasado?-le pregunto con ansiedad.
-Ha tenido un accidente. Ha perdido mucha sangre, Ahora mismo está inconsciente pero se recuperará- me dice. Parece muy profesional.
-Lo siento pero no soy de esas.
-¿Cómo?-dice un poco sorprendida.
-Que no soy esas personas que cuando le dicen que toda va salir ben se lo cree. Soy de las que se ponen en el peor lugar. soy de las que mantienen la calma. Soy de las que necesitan hechos para confiar. Necesito verle abrir los ojos y ver ese brillo. Necesito que sus ojos verdes se claven en mí y que me dedique esa sonrisilla traviesa y que después haga un comentario sarcástico sobre mi pijama. Necesito que me agarre la mano con  fuerza, que me abracé, que me bese, oír su risa. Necesito verle bien para creer que lo está. Y hasta que que cualquiera de estas cosas no ocurra no creeré que está bien, porque yo soy de ese tipo de personas.
-Bueno-dice ella. Se ha quedado sin palabras no sabe que decirme y veo en sus ojos que esto no le suele pasar-. No te puedo decir nada más a si que... bueno entra, creo que estará mejor si te siente cerca y si tu le sientes a él.
Asiento y entro. me siento en la butaca al lado de la cama y le doy la mano. Le veo intubado con una gasa en la cabeza- Le han rapado la parte de la cabeza donde debe de tener los puntos. Tiene arañazos por la cara, brazos. Estoy llorando. Verle me ha destrozado. Le paso la mano por sus mechones dorados, y luego por la parte en que le han cortado, pero prefiero no acercarme mucho a la herida. Le beso. No me lo devuelve. Siento sus labios muertos bajo los míos. La boca me sabe un poco a sangre. La herida que tenía en el labio le vuelve a sangrar. Se la limpio con una servilleta. Me vuelvo a tirar sobre la butaca y cierro los ojos rezando por que todo esto sea una pesadilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario